Cuento sin verbos.

Casi madrugada.

La luz fría sobre los árboles, los pájaros en sus nidos, mudos.

De pronto, revuelo en los pájaros cercanos, despiertos por el ruido en el cristal. Casi azul de golpes, la cara en la ventana.

Cuchillas de vidrio, roja la sangre sobre la cara azul: de la ventana al suelo. La mancha en el empedrado húmedo.

Brillante el silencio, nadie en la calle.

Otra vez los pájaros mudos, en sus nidos oscuros.

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